9/11/09

Las caras de la independencia












En 1885, miembros del Congreso Nacional Indio pedían reformas y una participación más activa del gobierno inglés. Luego de más de una década de no ver resultados, en 1900 el líder del partido Mohandas “Mahatma” Gandhi, empieza a promover la independencia de la India y una restauración de las costumbres indias. A través de la resistencia civil, y por medio de boicots y protestas no violentas, Gandhi comienza su campaña de desobediencia social.

La cúspide de las demostraciones llega en 1930, cuando el maestro Gandhi lleva a cabo su desafiante “Marcha de la Sal”, quebrando las leyes impuestas por los ingleses. Él junto con 78 seguidores caminaron hasta la costa del océano índico y tomaron sal, rompiendo el monopolio de esta industria por parte del Commonwealth.

Doce años después en 1942, junto a su principal discípulo Jawaharlal Nehru, Mahatma proclamó la resolución “Quit India”. Exigía a la corona inglesa que la India fuera una nación independiente, y de no ser aceptada así, una campaña de desobediencia civil masiva se llevaría a cabo. A pesar de su popularidad, el movimiento no tuvo éxito porque los principales líderes y el mismo Gandhi quedaron arrestados.

A pesar de los esfuerzos por mantener un estado multireligioso, las tensiones entre la población hindú y la musulmana seguían incrementando. El líder de la Liga Musulmana, Mohammad Ali Jinnah, consideraba que la única opción era la separación en dos estados distintos; uno musulmán y otro hindú. Luego de varios años de debate, destalló la guerra civil en 1946 y duraría un año. Al ver los efectos de la guerra sobre la población, Nehru cedió y aceptó la idea de dos estados separados.

En junio de 1947, se llevó a cabo la Conferencia de Nueva Delhi, donde se declaró la división del territorio en dos nuevos. Uno de ellos fue la Unión India, liderada por Nehru y el Partido del Congreso, y el otro el Dominio de Pakistán, liderado por Jinnah en el territorio de Cachemira. Esta ruptura dio lugar a migraciones masivas de alrededor de 10 millones de personas, sin embargo el roce entre las dos poblaciones causó violencia continua.

El fracaso de Gandhi por mantener un solo territorio le causó sufrimiento en sus últimos días. El 30 de enero de 1940, Nathuram Godse, un fanático hindú lo asesinó porque no creía en la igualdad entre musulmanes e hindúes.

A pesar de la muerte de su maestro, Nehru siguió gobernando India hasta 1964. Dos años después en 1966, su hija Indira Gandhi tomó el poder. Ella adoptó el inglés como el idioma oficial y apoyó a Pakistán oriental para crear el territorio de Bangladesh en 1971. Una década después, los enfrentamientos con separatistas Sikhs se intensificaban, y enfrentamientos como el de Golden Temple empeoraban la situación.

Las agencias de inteligencia advirtieron a Indira Gandhi de un posible atentado en contra de ella por la comunidad Sikh. Le recomendaron tener precaución con sus guardaespaldas, ya que eran de este grupo étnico, pero ella hizo caso omiso a la advertencia. El 31 de octubre de 1984, Indira fue asesinada en camino a su oficina por dos sikhs miembros de su cuerpo de seguridad. Su hijo Rajiv retomó el poder, pero lo perdió poco tiempo después en 1989. Dos años más tarde sufrió el mismo destino que su madre y fue asesinado por un atentado bomba-suicida.

El camino hacia la independencia de la India y el legado de Gandhi han sido sucesos de gran importancia para la formación del carácter pacífico de su pueblo. Sin embargo, las diferencias religiosas han resultado el principal problema para lograr la paz entre grupos étnicos en territorios adjuntos. Lo que resulta contradictorio son acciones como el desarrollo de una industria nuclear, que demuestran cierta tendencia hacia el armamentismo. Esto jamás lo habría aceptado Mahatma Gandhi, quien decía que “un ojo por ojo solo termina por cegar al mundo”.